Hace exactamente 62 años nacía en Río Gallegos Néstor Carlos Kirchner. Un 25 de febrero, día que también celebramos el natalicio del General José de San Martín, héroe de la gesta libertadora del siglo XIX, que soñaba con un proceso latinoamericano como el que hoy vivimos y que tuvo al ex presidente como uno de sus principales impulsores.
Ese flaco, que desde muy joven abrazó los ideales de la Juventud Peronista y dedicó su vida a la lucha política, llego por esas carambolas del destino a ser presidente de la Nación en 2003.
Asumió con más pobres que votos, en un país en quiebra y subordinado a las decisiones de los organismos que defendían los intereses del imperio. Cuando llegó el flaco, el pueblo estaba desesperanzado. No confiaba en la política ni en las instituciones. Las mayorías populares casi no los conocían y terminó devolviéndoles la esperanza, a poner en marcha un proyecto colectivo que hoy continúa Cristina, un proyecto que incluye a los 40 millones de argentinos, que nos hace sentir orgullosos del país que vivimos y que va de la mano con los sueños de nuestros hermanos latinoamericanos.
Por eso celebramos la vida. Porque, como dice Cristina, los hombres como Néstor “nunca se mueren”. Porque no se puede morir algo que dio tanta vida. Porque su nombre está impregnado en las avenidas de la patria y en los hogares del pueblo. Está en la cara de los pibes que hoy tienen futuro, en los trabajadores, en las escuelas, en los hospitales, en las viviendas construidas. Está en los jóvenes que le encuentran un sentido a su vida en la militancia. Esta en este proyecto nacional que seguiremos profundizando junto Cristina y que garantizará un futuro mejor para todos.
Corriente de Liberación Nacional, KOLINA
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